miércoles, 8 de marzo de 2023

16- ASOCIAR PARA CRECER

 ASOCIAR PARA CRECER

Manuel Tenjo Cogollo

Email: manueltenjo@yahoo.com

Muchas personas tienen miedo a la soledad, se rodean de muchas personas, pero cuando no tiene nada nuevo que aportar a otros… al final… se quedan solos. Eso produce tristeza, nostalgia y depresión. De manera que, servir y ayudar a otros a crecer conduce a vivir acompañado de muchas personas, aun en los avanzados años de edad. ¿Cómo lograrlo?

Jesús de Nazaret tuvo un encuentro con una mujer samaritana y con sus discípulos, para enseñar a asociar personas a su proyecto del Reinado de Dios y hacer crecer la comunidad de visionarios y empresarios (Jn 4,5-42). Ahora bien, es necesario tener en cuenta el proyecto personal o empresarial que se está siguiendo, para asociar a quienes lo comprenden y crecer exponencialmente.

Veamos los elementos para asociar y crecer.

1. Avanzar en la relación interpersonal

Para avanzar es necesario conocer a las personas que nos rodean, pues nos ayudan a crecer y a desarrollar nuestro proyecto de hacer una mejor empresa, comunidad o sociedad. Jesús conoce a la mujer samaritana y se lo demuestra: “has tenido cinco maridos y el que ahora tienes no es marido tuyo” (Jn 4,18). La samaritana es una mujer que está buscando un piso firme y sólido desde dónde construir su vida, pero se ha equivocado en el camino y ha realizado elecciones equivocadas.

El conocimiento de la mujer hacia Jesús es procesual y creciente, pues primero lo identifica como un hombre judío que tiene limitaciones para sacar agua del pozo de Jacob (Jn 4,9), con quien es difícil relacionarse porque existe una división histórica entre los judíos y los samaritanos. En segundo lugar, identifica a Jesús como Señor que puede dar un agua especial, que da vida y que no produce sed (Jn 5,15), haciendo que la relación interpersonal empiece a crecer, pues supera los límites raciales y religiosos iniciales. Después, la mujer samaritana reconoce a Jesús como profeta (Jn 5,19), que puede revelar fenómenos sorprendentes de Dios y de su relación con los hombres, más allá de la geografía o el culto religioso. Para terminar, en cuarto lugar, reconociendo a Jesús como el Cristo (Jn 4,25.29), porque da a conocer el sentido de la historia y el avance de una nueva sociedad.

De manera que, la relación entre la mujer samaritana y Jesús es creciente, en constantes revelaciones y mostrando la superación de esquemas mentales equivocados o caducos. Al final la mujer va a la ciudad a buscar a la gente para darles a conocer al hombre maravilloso que es Jesús y a su proyecto de vida. La relación condujo a asociar a otros samaritanos al Reinado de Dios.

2. Alimentarse de la pasión por lo que se hace

Jesús les enseña a los discípulos que es más importante comprometerse con los proyectos a largo plazo y ponerle pasión a la comunidad o a la empresa, comer o beber (Jn 4,31-38). El Maestro le pone sus discípulos que, si su visión está basada en comer o beber, es muy corta, pero lograr la meta de hacer crecer el proyecto del Padre de la vida. Además, muestra que la meta debe estar siempre en la mente y a la vista, pues eso produce pasión (Jn 4,34-35). Dicho de otra manera: entre saber qué se debe hacer y para qué se debe hacer, está la pasión que se le pone para desarrollar el proyecto y alcanzar las metas de crecimiento en la empresa divina. Para Jesús, la pasión por lograr el proyecto del Reino del Padre es más importante que cualquier cosa, haciendo que ese proyecto se convierta en la comida necesaria para fortalecerse y avanzar.

El mejor alimento que puedes tener es la pasión por lograr las metas, avanzar en el cumplimiento, y alcanzar los resultados que se esperan. La pasión hace que se quite todo aquello que distrae, como la preocupación por comer, por agradar a los demás, por quedarse durmiendo o viendo televisión. La pasión por lograr las metas hace que se trabaje por ellas, porque se ven ya próximas. Además, es necesario contagiar esa pasión a quienes se unen al proyecto para que todos vean la nueva cosecha.

3. Asociar para que todos disfruten

La mujer samaritana contagia su alegría y su pasión a sus compatriotas (Jn 4,39-42), para que lleguen a conocer a Jesús, se unan a su proyecto y crezcan en el Reinado del Padre de la vida. Al final, eso se logra el crecimiento en la asociación, porque los suyos dicen: Ya no creemos por tus palabras; que nosotros mismos hemos oído y sabemos que éste es verdaderamente el Salvador del mundo (Jn 4,42).

¿Tú tienes un proyecto definido, claro y fácil de expresar? Debes empezar a ponerle pasión, agregar personas y ayudar a que todos crezcan integralmente, para que las relaciones interpersonales sean mejores. Es tiempo de empezar a crecer integralmente, ayudar a otros que avancen en su vida, hasta convertirse en los empresarios de su propia familia, de manera que, todos construyamos una mejor familia y una mejor sociedad.

No se esperan las condiciones apropiadas, sino que se crean esas condiciones a través del estudio, la superación de las limitaciones y la asociación de nuevas personas.



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