miércoles, 22 de febrero de 2023

14- TENTADOS A ABANDONAR LA MISIÓN

 TENTADOS A ABANDONAR LA MISIÓN

SUPERAR LAS TENTACIONES COMO JESÚS

Manuel Tenjo Cogollo

Email: manueltenjo@yahoo.com

Cada persona tiene su misión en el mundo y la va desarrollando en la medida en que toma conciencia de ella y se hace responsable de ella. Sin embargo, surge la duda en torno a estar en la misión correcta y desarrollarla de manera adecuada. Existe una tendencia a abandonar las empresas emprendidas por diversos motivos, a dejar de lado los esfuerzos y a añorar sus frutos, pero ¿a qué se debe?

Desde el comienzo de la humanidad, existe la tendencia por lo fácil y sin esfuerzo, por querer ser como un dios que todo lo conoce y todo lo puede, para ser admirado y reconocido, como se narra en el mito de la creación del mundo (Gn 2,9; 3,5). De igual manera, Jesús de Nazaret, al comienzo de su actividad, es tentado a asumir su mesianismo de manera fantástica y ostentosa para ser reconocido y admirado (como lo narra Mt 4,1-11), sin embargo, Él no cedió al tentador, sino que avanzó hasta cumplir su misión.

Así que veamos, cómo vencer las tentaciones de abandonar la empresa, al mismo tiempo que avanzamos en las herramientas para perseverar, hasta ver el cumplimiento de las metas y tener el éxito esperado.

1. Tentaciones para abandonar la empresa

Un gran líder como Jesús tuvo que enfrentar la tentación de abandonar su empresa del anuncio del Reinado de Dios y su labor mesiánica a favor del pueblo, por tres razones:

1.    la primera, quedarse con tener elementos materiales, ambicionar aumentar los bienes, dar paso a la avaricia, que es insaciables, pues entre más se tiene, más se desea. Así se le propone a Jesús un mesianismo externo y material de convertir piedras en panes, considerando que es la mejor manera de avanzar en la vida. Pero cuando no se tienen los recursos rápidos, entonces aparece el desánimo y el abandono.

2.    La segunda tentación está cargada de la búsqueda del reconocimiento por los signos y prodigios que se puedan realizar, porque Jesús tiene el título de hijo de Dios. Sin embargo, cuando se cede a la tentación del prestigio y el reconocimiento, termina volviéndose esclavo de los comentarios de los demás, produciendo fastidio, cansancio y abandono de la empresa.

3.    En tanto que la tercera tentación, enfocada en abrazar el poder sobre muchas personas, empresas o naciones, haciendo que el servicio al pueblo se convierta en política que se aprovecha para enriquecer, aumentar el poder, buscar más posesiones y alcanzar mayor prestigio. De manera que la tercera tentación complementa y engrandece las dos primeras.

Al final, todo termina en vacío, pues la cantidad de riquezas, popularidad y poder no llenan la vacuidad existencial, porque se aleja de la misión fundamental de la vida, que se gana, dándola, pues “hay más alegría en dar que en recibir”, como dice Jesucristo.

2. Herramientas para perseverar

La perseverancia se entiende tradicionalmente como mantenerse constante donde otros han abandonado. En el alcance y desarrollo de la misión en la vida, muchos emprenden negocios y proyectos, pero pocos los continúan hasta terminarlos y alcanzar las metas establecidas. Así que, es necesario establecer unas herramientas que ayuden a perseverar hasta ver las metas cumplidas y los sueños alcanzados.

1.    La primera herramienta que observamos en el Maestro de la perseverancia es que está llevado por el Espíritu al desierto (Mt 4,1). De manera que, se hace equipo de trabajo con la experiencia trascendente del Espíritu que impulsa desde dentro, que acompaña y da talentos, que fortalece y mantiene la mirada en la meta. Se necesita un valor superior, una meta tan trascendente que brinde la seguridad necesaria para perseverar y llegar a la meta final.

2.    La segunda, consiste en alimentarse adecuadamente, la mente, el espíritu y el cuerpo, para que el propósito inicial del Dios de la vida no se abandone, sino que se convierta en el nutriente permanente. Alimentarse del ánimo y las palabras adecuadas para crecer y perseverar.

3.    La tercera herramienta, es caminar con firmeza, sin entretenerse con los pequeños logros del camino o con las dificultades que aparecen. Evitar tentar la meta final, cambiar el objetivo definitivo o abandonar el propósito divino, a través de mantener en la mente lo más grande que se aspira.

4.    La cuarta, radica en evitar quedarse con los elogios de los pequeños logros, por medio de asumir con actitud de adorador, es decir, con humildad, para que los grandes éxitos no apabullen a quienes se esfuerzan por avanzar y para que sirvan de estímulo a las personas que están perseverando.

3. Llegar al éxito

Al final, el aprendizaje ha sido interesante, pues “el diablo le deja... se acercaron unos ángeles y le servían” (Mt 4,11). Señalando que se rescata el paraíso original, se vive el cielo en la tierra, se abre una experiencia paradisíaca, donde se disfruta lo alcanzado, no sólo para sí mismo, sino especialmente para compartir con otros, para fortalecer la dignidad personal y contribuir a la construcción de una mejor empresa y, por tanto, de una mejor sociedad.

La experiencia de Jesús, es también la de nosotros, la de aquellos que empiezan una labor empresarial o comunitaria, que enfrenta dificultades para avanzar, pero que, cuando persevera, alcanza metas sorprendentes y vive éxitos contagiosos.


 

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