lunes, 26 de diciembre de 2022

6- DESARROLLAR LA CAPACIDAD DE ASOMBRO

 DESARROLLAR LA CAPACIDAD DE ASOMBRO

Manuel Tenjo Cogollo

Email: manueltenjo@yahoo.com

Hemos escuchado últimamente la expresión: “eso ya no me sorprende” y otra: “era de esperarse”. Expresiones que se utilizan para hablar de lo bueno que ya no trae nada novedoso y de lo muy deficiente de algo o de alguien que ya acostumbró a realizar tantas barbaridades que ya no extraña otra más.

Sin embargo, para avanzar en todos los aspectos de la existencia, es necesario sorprenderse de los fenómenos que aconteces, sean agradables o desagradables, pues siempre traen una enseñanza y alguna semilla de experiencias nuevas.

Cuando Jesús nació, según lo narra el evangelista Lucas (2,16-21) y es visitado por los pastores de la región, se observan varios elementos de sorpresa que valen la pena reflexionarlos y aprender de ellos.

1. Sorprenderse de lo visto

Cuando los pastores de la región encontraron a María, a José y al niño Jesús recostado en el pesebre, lo vieron y se asombraron. De igual manera, cuando María escucha lo que narran los pastores de la aparición de ángeles, se sorprende de lo que está ocurriendo.

Se dice que los sabios, los niños y los científicos se sorprenden con lo que ven, porque todo lo miran como si fuera la primera vez, como turistas que recorren nuevos paisajes y lugares diversos. Para aquellos que ya nada los sorprende, se van quedando en el pasado, en la amargura y en la soledad, pues ven algo y le encuentran el defecto o lo desautorizan de alguna manera. Así que, para sorprenderse es necesario tener la disposición para aprender de todo, aún de lo que parece que ya conoce. Dicho de otra manera, se requiere un poco de humildad.

Los pastores, María y José viven relaciones de humildad, por eso se sorprende de los que ven y de lo que escuchan. Es necesario tener la humildad de quien aprende, la mansedumbre de quien está dispuesto a descubrir horizontes nuevos y la docilidad para dejarse guiar por los maestros más sorprendentes que siempre aparecen donde menos se esperan.

Suelo manejar una expresión que me ayuda a crecer en la espiritualidad: “déjate sorprender por Dios”, pues Él siempre tiene fenómenos novedosos para sorprender a sus hijos.

2. Exclamar la sorpresa

Ahora bien, es muy recomendable expresar la sorpresa, señalarla con las palabras más maravillosas con que contamos en nuestro lenguaje. Así lo hicieron los pastores que llegan donde le niño acostado: dieron a conocer lo que les habían dicho acerca de aquel niño (Lc 2,17). Después, cuando se van de la presencia del niño Jesús, de José y de María, se volvieron glorificando y alabando a Dios por todo lo que habían oído y visto” (Lc 2,20). Es necesario exclamar la sorpresa que Dios ha manifestado en la vida de cada uno de nosotros.

La expresión de las maravillas vistas causa alegría, sorprende a otros y contagia de optimismo y esperanza. Cuando sólo se cuenta lo negativo y se refuerza con expresiones físicas y lingüísticas, se contagia la desesperanza y genera ambientes violentos, tristes y pesimistas.

En medio de las noticias negativas de estos tiempos, debemos asumir la actitud de expresar las maravillas realizadas por la encarnación de Dios en la persona de Jesucristo, pues el cielo ha bajado a la tierra y se han fusionado para que todos tengamos la oportunidad de construir el paraíso que queremos entre nosotros. Algunos quieren construir infiernos destructivos y alejados de Dios que causan muertes continuas. Pero quienes nos unimos al Creador de la Vida, debemos construir ambientes familiares, laborales y sociales que transmitan la energía vital que recorre nuestro ser, que construya ambientes de paz entendida como crecimiento integral y prosperidad en todos los aspectos, de manera que veamos al Rey de la Paz entre nosotros. 

3. Meditar y retener lo aprendido

La actitud de María añade un componente interesante a la sorpresa: guardaba todas estas cosas, y las meditaba en su corazón (Lc 2,19). No existía la cámara del turista que guarda imágenes en la máquina, así que María tiene que grabarlas en su mente y meditarlas constantemente, para que no se olviden las maravillas divinas, para recordar constantemente las hazañas de Dios que ocurren de manera sencilla y para mantener la esperanza en la fidelidad divina.

Es necesario guardar los buenos recuerdos, las experiencias donde hemos aprendido las maravillas del funcionamiento de la vida y las grandes obras del Creador, para que cuando lleguen los momentos difíciles, mantengamos en la retina la fidelidad divina y las hazañas gloriosas que puedan fortalecer la esperanza, el optimismo y las expresiones constructivas.

En nuestro tiempo es necesario descubrir la actividad de Dios como Creador de la Vida que se manifiesta de maneras sencillas en la encarnación, pues desde un pesebre empezó la posibilidad de transformar la existencia y, por tanto, la sociedad. Estamos en tiempos de oscuridad, donde es más necesaria la luz de los que viven en paz interior, para dar esperanza y mantener las acciones constructivas, pues allí está la fuerza de la revolución.

 

 

miércoles, 21 de diciembre de 2022

5- MENSAJERO QUE ANUNCIA LA PAZ

 MENSAJERO QUE ANUNCIA LA PAZ

Manuel Tenjo Cogollo

Email: manueltenjo@yahoo.com

Estamos en una temporada en que la paz es un anhelo, un deseo y una constante conquista. La paz en su sentido judeo-cristiano tiene el sentido de quedar ileso, conservar, restaurar, vivir tranquilamente. Lo que conduce a comprender la paz como plenitud o algo que se completa después de un proceso de restauración total. Así que los deseos de paz van encaminados a buscar en bien-estar total y el crecimiento integral de la persona y de la comunidad específica en que se vive.


La esperanza de vivir en paz y de escuchar a los mensajeros de paz, queremos descubrir la paz como un valor sagrado porque regala vida y realización personal, al mismo tiempo que es tarea humana que se desarrolla en la justicia, que se encarna en sistemas no-violentos, donde los protagonistas funcionan con principios claros de construcción personal y social.

1. Es tiempo de tener buenas noticias

Cuando las noticias son de conflictos, injusticias, empobrecimiento y diversas formas de invasiones de monopolios, se generan ambientes violentos, de desconfianza y corrupción, porque importa la supervivencia del más astuto. En un contexto similar surge la profecía de Isaías (52,7-10) anunciando la buena noticia de la llegada del mensajero de paz, que anuncia salvación del pueblo, promoviendo un principio de acción-reacción: si Dios reina en el pueblo vendrá la justicia social, el rescate del pueblo y la construcción de una sociedad que celebra los triunfos.

El principio es que si Dios es el rey del pueblo y permite que gobierne con soberanía sobre todas las realidades humanas, la reacción será la justicia social, la promoción del ser humano para que logre su crecimiento integral y se promuevan valores como la honestidad, la defensa de la vida y proyección de empresas proactivas.

2. Celebramos con gritos de júbilo

Un pueblo que celebra fracasos está condenado a vivir como fracasado. Por el contrario, una colectividad que celebra los triunfos y las batallas ganadas, genera una mentalidad victoriosa, con un carácter tan fuerte que se levanta de las caídas y convierte a las crisis como la oportunidad para avanzar en los proyectos encaminados a enriquecer al pueblo.

Celebrar los triunfos se manifiesta con “gritos de júbilo” (Is 52,8-9), consolando, a la vez que impulsando, a superar las dificultades, teniendo a Jesucristo como el único rey de sus vidas. Utilizando adecuadamente el principio de acción-reacción, el resultado final es la celebración gozosa de los triunfos de Dios con su pueblo.

El dinamismo de la vida se vuelve proactivo, las acciones empresariales y sociales aumentan la producción, conduciendo a un mayor crecimiento personal y familiar. Sin embargo, debe tenerse en cuenta que todo esto ocurre porque Dios ha mostrado su salvación a favor de quienes le han sido fieles al proyecto de construir relaciones fraternas de carácter constructivo.

3. Encarnar la paz en la realidad humana

La paz, entendida, entonces, como crecimiento integral y prosperidad general, se vive encarnando la realidad en personas concretas. Así se presenta a Jesucristo como la plenitud de los tiempos, la encarnación del poder divino y la transparencia de Dios como Padre de la humanidad (Jn 1,1-18). Él es Dios hecho hombre, que se encarna en las realidades humanas, para mostrar cómo vivir en paz, cómo tener vida de calidad y abundante, para reconocer el dinamismo de la transparencia divina, como dice la Escritura: la Palabra se hizo carne, y puso su Morada entre nosotros, y hemos contemplado su gloria(Jn1,14).

Se habla mucho de encarnar la paz cuando esa es una gran ausencia y una frecuente disculpa para conducir llevar a la perdida de la esperanza, lo que causa un pueblo manipulable con condicionamientos que adormecen. En tanto que en los pueblos donde se vive la paz y se crece integralmente, no se habla mucho o nada de la paz, pues se ha encarnado en los hábitos y se convierte en un estilo de vida.

El pueblo que da testimonio de paz se convierte en luz para las naciones, porque las personas han encarnado el crecimiento integral y la prosperidad para mostrarse, como Jesucristo, luz brilla en las tinieblas (Jn 1,5), aunque algunos se opongan, pero no pueden vencer.

Estamos en un país que habla mucho de paz, porque la vive muy poco, debido a que algunos buscan apagar el esfuerzo de multitudes. Así que, cuando el pueblo crezca integralmente y la riqueza se haga común a todas las familias, se vivirá la paz y se hablará poco de ella.

Tu y yo estamos llamados a ser mensajeros de paz hasta que la logremos en todas las áreas de nuestra vida.

 


miércoles, 14 de diciembre de 2022

4- DECISIONES SI DIOS ESTÁ CON NOSOTROS

 DECISIONES SI DIOS ESTÁ CON NOSOTROS

Manuel Tenjo Cogollo

Email: manueltenjo@yahoo.com

La actividad de Jesús, desde antes de nacer, estuvo centrada en mostrar que Dios está más cerca del hombre de lo que se puede imaginar. Todas las acciones y palabras de Jesús se encaminaron a mostrar al “Emmanuel”, nombre hebreo que significa: “Dios con nosotros”. Es presente e íntimo, que puede hacer que se tomen decisiones acertadas a favor de la vida y, por tanto, de la realización personal.

1. Decisiones sin que Dios esté presente

Algunas personas, ante las situaciones problemáticas, dejan que sus decisiones las tome el miedo a los comentarios y las represalias de otros, o que decreten sobre su vida el tiempo, la enfermedad y la pobreza, aún las falsas o insuficientes imágenes de dios. Al final, cuando las consecuencias son desafortunadas, esas personas buscan culpables, atacan coma animales heridos y se esclavizan a sus rencores y recuerdos dolorosos.


Así lo tenía planeado José, el padre adoptivo de Jesús, como lo narra el evangelio de Mateo (en 1,18-19). José es presentado con una cualidad valiosa: “era justo”, según el cumplimiento de la Ley judía, sin embargo, ante el embarazo de su prometida en matrimonio aparece embarazada, toma la decisión de abandonarla, dejarla sola, a su suerte y a expensas de los comentarios malintencionados de la gente, que puede llegar a opinar que José no asume su responsabilidad como padre y da la espalda a su vida como esposo. Es una decisión sin Dios y un plan sin reconocer las acciones divinas.

En ocasiones, tomas decisiones sin discernir la voluntad divina y, cuando las consecuencias no son las deseadas, entonces buscas culpables y tachas de indiferente a Dios, te alejas de toda manifestación religiosa y argumentas que Dios no cumple con tu querer. Reflexiona, no tomas decisiones a favor de la vida y la realización personal y cuando la naturaleza cumple su función, te lanzas contra Dios.

¿En quién te apoyas para tomar tus decisiones? ¿Tienes en cuenta que aquello que se siembra se cosecha? Es hora de consultar al dueño de la Vida para tomar decisiones que vayan a favor de la naturaleza y, por tanto, que arrojen consecuencias maravillosas que te hagan crecer y proyectarte en la vida.

2. La intervención divina

En los momentos cruciales, es cuando se necesita pedir el apoyo que no se mueva, que no cambie. Ese apoyo divino viene a través de la llamada: revelación. Dios viene a favor del ser humano para sacarlo adelante y hacerlo crecer, esa intervención divina es el “momentum”, también llamado “kairós”, porque es como una iluminación que llega a la mente de la persona para ayudarlo a tomar decisiones asertivas con buenas consecuencias.

Por tal motivo, cuando José planeaba poner en acción su plan de abandono a su novia embarazada, viene la intervención divina en forma de sueño, según narra Mateo (en 1,20-23). El “momentum” era oportuno y podía cambiar la vida de José, de María, del niño Jesús y, sorprendentemente, de toda la humanidad. Una decisión que afecta a muchas personas debe ser tomada con responsabilidad. José debe tomar la decisión de seguir con María y acompañar a Jesús con los siguientes criterios de discernimiento: sin miedo, reconociendo que todo es dirigido por el Espíritu Santo, con la disposición de poner el nombre y, por tanto, de responsabilizase como si fuera su propio hijo. Todo saldrá a la luz cuando se reconozca que la actividad de Jesús es para mostrar que Dios está con nosotros, no nos abandona y nunca lo hará, porque el Creador ha empeñado su palabra a través del profeta Isaías (en 7,14), para mostrar la gran bendición de la salvación del pecado y de la muerte que trae el hijo de Dios.

3. Nuevas decisiones a partir de la revelación divina

Siguiendo a José, después de despertar del sueño (Mt 1,24), se pone en acción, la decisión está tomada, lo que debe hacer está más claro, las consecuencias están medidas, así que decreta que toma a María como su mujer, se hace responsable del hijo y avanza para ver la presencia divina en forma humana.

Aprovechar el “momentum” para tomar las decisiones correctas, distinguir la intervención divina y tener la visión oportuna, hace que hombres comunes se conviertan en personas que marcan huellas en el gran telón de la historia, afectan positivamente a muchos y por eso su memoria permanece con el tiempo.

Debes tomar decisiones, pensando en las consecuencias, para que se acerquen a ti las personas que te ayudarán a alcanzar las metas y para sembrar buenas semillas que conduzcan a tener cosechas agradables. Porque Dios no va en contra de la naturaleza sino a su favor. Sigue adelante y aprovecha el “momentum” en que Dios interviene para llevarte más lejos de lo que puedas pensar.


martes, 6 de diciembre de 2022

3- SEÑALAR DE UN NUEVO AMANECER

 SEÑALAR DE UN NUEVO AMANECER

Manuel Tenjo Cogollo

Email: manueltenjo@yahoo.com

 Corrientemente el ser humano busca señales para tomar decisiones y empezar una nueva etapa en la vida. Comenzar el próximo lunes o el siguiente año con nueva actitud, celebrar el aniversario para dar iniciar una nueva forma de vivir y otros elementos que se vuelven rituales personales o familiares. Además, está la expectativa ante la nueva etapa: cuándo comenzamos, cuáles son las señales para empezar, qué ritos debemos cumplir para marcar el comienzo de la nueva etapa, entre otras inquietudes.


El ser humano vive abriendo y cerrando puertas, terminando y comenzando ciclos, esperando y caminando dialécticamente hacia la esperanza. Eso es maravilloso en la humanidad y en la naturaleza.

Los discípulos de Juan Bautista y los de Jesús se cuestionan sobre los protagonistas de la nueva etapa en el camino de salvación y realización personal. La pregunta fundamental es: ¿eres tú o esperamos a otro?, y la otra pregunta ¿cuáles son las señales de la nueva etapa? Las respuestas las podemos ver en el evangelio de Mateo (11,2-11), en torno a la era mesiánica y a sus señales.

1. Respuesta con las señales

Jesús responde a los discípulos de Juan Bautista con acciones que evidencian una nueva etapa de vida y la llegada del Cristo: Rey sobre las enfermedades y los problemas, como: “los ciegos ven y los cojos andan, los leprosos quedan limpios y los sordos oyen, los muertos resucitan y se anuncia a los pobres la Buena Nueva” (Mt 11,5). Lo que ocurre es tan maravilloso y evidente que no se puede ocultar.

Los excluidos y empobrecidos asumen una nueva vida: ven, andan, quedan limpios, oyen, resucitan y tienen la Buena Noticia de vivir con la dignidad de hijos de Dios. Esas señales no son solamente sanaciones físicas sino también psicológicas y espirituales, donde se evidencia la acción del Padre a favor de sus hijos.

Es evidente que en la persona y en la sociedad comienzan etapas de vida un poco diferente a las anteriores, y quienes estén dispuestos, las están aprovechando. Algunos esperan el momento preciso para avanzar en la vida, sin embargo, no reconocen que el tiempo ha comenzado y lo estamos viviendo. Estamos construyendo el momento oportuno.

Debes revisar las señales en tu vida para reconocer que todo te obliga a tomar decisiones para empezar nuevas etapas, así que hoy es el mejor día de tu vida y el primero del resto de tu vida. Ha empezado la época de la bendición y el momento de aprovechar las oportunidades de crecer y avanzar en la vida.

2. Respuesta con las personas

Jesús enseña a sus discípulos que la buena etapa de Juan el Bautista ha pasado y que ahora comienza una nueva y mejor (Mt 11,7-11). Juan el Bautista fue muy bueno, su actividad marcó una gran etapa en la historia de la salvación, porque fue el precursor de la nueva época. Ahora empieza la nueva oportunidad de tener al Cristo como el Rey de tu historia y salvador de tu vida.

En toda la historia de la humanidad, y en la tuya en particular, las personas que marcan tu vida, porque te enseñan algo de lo que debes o de lo que no debes hacer, pasan, dejan una huella y se van. Cuando te apegas a las personas y pones tu seguridad en ellas, no te das la oportunidad de empezar nuevas amistades y conocer nuevos maestros que enseñen algo mejor. Lo mismo puede ocurrir con una ocupación, un empleo o un trabajo, debes dejarlo cuando se convierte en un obstáculo para avanzar y progresar en la vida.

Jesús enseña que es necesario ver que ha llegado la época de tener un sólo Maestro y un sólo Señor, el que supera al precursor, para avanzar en una nueva relación con el Padre que vive dentro de ti y quiere llevarte a superar las cegueras y sorderas, para caminar con la libertad de los hijos de Dios.

La decisión es tuya

Al final de toda reflexión, análisis y discernimiento, la decisión es tuya, y las consecuencias, también. Recordemos que todo comenzó con unas preguntas, en el proceso vemos unas respuestas a través de las señales de vida y por medio de personas. Estamos comenzando una nueva y mejor etapa de la vida y, aun mejor, es la definitiva.

Sin embargo, existen quienes tienen respuestas, pero no están satisfechos, quienes tienen respuestas pero no eran las que esperaban, quienes tienen respuestas pero no toman decisiones. En tanto que hay quienes tienen respuestas y están a su gusto y entendimiento, quienes tienen respuestas y se ponen en acción y quienes tiene actitud abierta y disposición para ver metas en función de las nuevas etapas de la vida.

Te recomiendo que tomes la decisión por quedarte con Jesucristo y, con Él, avanzar en la vida hasta hacer que cada día sea el momento oportuno y donde se cosechen los mejores frutos.



lunes, 28 de noviembre de 2022

2- CAMBIAR DE MENTALIDAD PARA AVANZAR

 CAMBIAR DE MENTALIDAD PARA AVANZAR

 

Manuel Tenjo Cogollo

Email: manueltenjo@yahoo.com

 

El mensaje de conversión, fundamentalmente, es el mensaje del cambio de mentalidad, muy necesaria para salir adelante cuando las situaciones apremiantes requieren una modificación de los paradigmas tradicionales. Existen esquemas mentales anquilosados y sostenidos por esquemas momificados y justificados por la permanencia en la zona de confort. Así que la invitación a la conversión tiene la intención de impulsar a nuevos pensamientos, nuevas acciones y nuevos proyectos que conducen a un estilo de vida mucho mejor que el anterior.

Quiero proponerles una reflexión a partir de la enseñanza bíblica de Mateo 3,1-12, donde existen elementos que preparan al advenimiento de una nueva etapa de vida.

 1. Conversión como cambio de mentalidad

En el desierto de Judea, como en los múltiples desiertos de la vida, aparece el profeta llamado Juan y apodado Bautista, por ser una de las actividades que realiza para vivir la conversión y el perdón de los pecados. Su presencia física y su apariencia son demasiado sencillas para tener un mensaje impactante y que exige una toma de posición (Mt 3,3-4). Juan Bautista aparece como el precursor del Rey – Mesías enviado por Dios para dar comienzo a la nueva etapa de la historia y la oportunidad de establecer una nueva relación como hijos y herederos del Padre.

La propuesta es: “ha llegado el Reinado de Dios” (Mt 3,2), porque comienza un nuevo gobierno que empieza en el interior del ser humano y se expande a toda actividad humana, donde Dios se convierte en el soberano de toda decisión y actividad existenciales. Así que la primera actividad consiste en dejar de pensar que Dios está en lo alto para pasar a considerar que habita al interior del ser humano y hace de él su templo.

La actividad consiste en: “dar frutos dignos de conversión” (Mt 3,8), porque cuando se toma conciencia de la presencia activa de Dios al interior del ser humano, se asumen los poderes divinos para realizar acciones que proyectan lo más sublime de la humanidad. De manera que se desencadenan actividades donde la felicidad no viene de fuera sino del interior del ser humano y, por tanto, la libertad se conquista desde dentro para proyectarse en la construcción de ambientes que promueve la posibilidad de avanzar libremente como hijos de Dios. Los frutos de conversión no se vuelven una obligación, sino que brotan de manera natural favoreciendo a muchos seres humanos, para edificarlos en los senderos de la libertad y la felicidad.

Para iniciar es necesario: “yo bautizo con agua para conversión” (Mt 3,11). La decisión de asumir un nuevo estilo de vida para avanzar requiere unos ritos de iniciación, donde cada persona dice: hoy realizo tal actividad para marcar el comienzo de lo que voy a realizar para alcanzar mis metas. El bautismo es la actividad de sumergirse en una nueva experiencia de vida, que comienza ahora y se va completando poco a poco hasta llegar a la plenitud. Cada uno asume su iniciación a la vida nueva, a las etapas que conducen a alcanzar metas donde Dios reina, para conducir a la plenitud existencial en las obras de libertad y de felicidad.

El cambio de mentalidad contribuirá a construir proyectos, con planes estratégicos y con principios, para avanzar actitudinalmente en la consecución de metas nobles: ayudar a otros a vivir libres y felices, a través del desprendimiento, el compartir y el ayudar a todas las personas que tiene cerca.

2. Cambio de maestro para un cambio de vida

Juan Bautista plantea un cambio de maestro, donde ya no es él y su enseñanza, pues termina con la decisión de convertirse y la acción inicial de bautizarse, para asumir otro maestro que pueda conducir a perseverar en el nuevo estilo de vida hasta llevarlo a la plenitud. Desprenderse de un maestro bueno para asumir uno superior y con mayor provecho (Mt 3,11).

El nuevo maestro bautiza con “Espíritu Santo y fuego” (Mt 3,11), es decir, sumerge a la persona en el dinamismo del poder divino, fortalecido con el amor y con un ardor nuevo que lleva a asumir la vida con pasión. El nuevo maestro, llamado Jesucristo, brinda una nueva dotación, que hace que el ser humano asuma capacidades y poderes que superar su expectativa, para hacer que su vida sea renovada con la fuerza del Amor e impulsada a generar nuevas oportunidad de construcción comunitaria y social, donde se unen quienes están dispuestos a proponer y a comprometerse con acciones de vida.

El nuevo maestro limpia para avanzar (Mt 3,12), porque es necesario desprenderse de los lastres, quemarlos para dejarlos en el pasado y comenzar con una nueva mentalidad. Nueva etapa que exige una nueva mentalidad, apoyándose con nuevas fuerzas interiores que conducen a abandonar las experiencias destructivas, aprender de los fracasos y aprovechas las crisis para avanzar.

3. La decisión por crecer y avanzar

Al final, la decisión siempre será tuya. La conversión, como cambio de mentalidad, conduce a tomar decisiones existenciales, que exigen abandonar lastres, dejar las zonas de confort y soltar a los maestros provisionales, para asumir al nuevo y mejor maestro: Jesucristo, que brinda un poder superior: el Espíritu Santo y con el nuevo dinamismo del ardor de la pasión para construir nuevas metas, promover la renovación comunitaria y ofrecer alternativas de construcción de una nueva sociedad.

Bienvenido a una nueva etapa en la vida, al comienzo de un nuevo año y al desarrollo de un dinamismo superior.

 


miércoles, 23 de noviembre de 2022

1- LOS VALORES DE LA NAVIDAD

 LOS VALORES DE LA NAVIDAD

 

"La encarnación del Verbo en una familia humana,

conmueve con su novedad la historia del mundo".

Papa Francisco, Amoris Laetitia, 65

Introducción

Comenzamos el tiempo de Adviento que nos prepara para la Navidad, buscando celebrar la encarnación de Dios que se mete en nuestra historia. Hacemos memoria de tres realidades. La primera en la venida en carne (cf. Jn 1,14), donde Dios camina por la tierra y habita entre nosotros con el nombre de Jesús. La segunda es la venida todos los días, pues la presencia de Dios se hace presente a través de la Eucaristía (y en general de los sacramentos) en la que se hace presente a través del Santísimo Sacramento, de igual manera, por la Palabra de Dios que leemos en la Biblia, además, a través de los seres humanos que son presencia de Dios, especialmente de los más necesitados (cf. Mt 25,40). La tercera es la venida de Jesús grande y glorioso como  Rey, donde tendremos el encuentro definitivo con Dios, teniendo la vida eterna (Mt 25,30-31.42).

Este año 2022 el Adviento comienza el 27 de noviembre, con mensajes de expectativa que veremos con atención. En este momento reflexionemos sobre algunos de los valores sobresalientes de Adviento y Navidad.

Valores de la Navidad

Los valores son como la columna vertebral de una convivencia sana entre seres humanos, que busca promover lo mejor de cada uno para beneficio de todos. En Adviento y Navidad es un tiempo propio reflexionar para sembrar y cultivar valores que nos hacen constructores de la nueva comunidad humana.

El amor es el valor fundamental, pues "tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna" (Jn 3,16). Jesucristo es el regalo del Padre para nosotros, porque nos ama. Quiso darnos el mejor regalo como prueba de su amor, para salvarnos del Pecado y conducirnos a la vida plena con el Padre. Por tanto, recibir a Jesucristo es dejarse amar por Dios, es aceptar el amor de Dios para vivir libre y feliz.

La alegría es fruto de tomar conciencia de los regalos que Dios nos da, por tanto, al reconocer esos dones divinos, la respuesta natural es la alegría. Adviento y Navidad son tiempos de profunda alegría como nos muestra la Biblia en los siguientes ejemplos: en Lc 1,13-15, el ángel anuncia a Zacarias que será padre de Juan el Bautista y "será para ti gozo y alegría, y muchos se gozarán en su nacimiento". También el saludo del ángel a María para anunciar el nacimiento del hijo de Dios es: "Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo" (Lc 1,28), mostrando que María es la alegría de la Navidad, como lo muestra el saludo de su prima Isabel (Lc1,45), la oración que realiza alabando a Dios (Lc 1,46-47), el nacimiento del niño Jesús (Lc 2,19), la visita de los pastores (Lc 2,10.20), la presentación en el templo con la presencia de Simeón y de Ana (Lc 2,29-32.38). Todo está impregnado de alegría al reconocer el gran regalo de Dios Padre para la humanidad.

La paz es un regalo constante de la Navidad y una invitación a la apertura solidaria y justa con los hermanos. La paz y la felicidad van más allá de la ausencia de conflictos, pues propone un crecimiento integral y una actitud contribución al bienestar comunitario. El nacimiento de Jesús está enmarcado por la paz, como señala Lc 2, 8-15, en el anuncio del ángel a los pastores de Belén, porque el nacimiento del salvador, que es el Cristo Señor produce sorpresa, alegría y paz, pues el coro celestial dice: "Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres en quienes él se complace" (Lc 2,14). Desde el nacimiento de Jesús, viene una paz divina que supera toda expectativa, pues La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo” (Jn 14,27).

La obediencia es la marca de María en su hijo Jesús, quien es fiel al Padre, y, por tanto, debe ser la marca de todos los cristianos. María muestra la obediencia a Dios en los siguientes ejemplos: Acoge la voluntad de Dios, porque dice: "hágase en mí según tu Palabra" (Lc 1,38); va a servir a su prima Isabel hasta el final (Lc 1,39-40.56); realiza la oración con humildad y lectura de la historia de Dios con su pueblo (Lc 1,46-55); sigue a su esposo José a empadronarse en Belén (Lc 2,1-5); recibe fraternalmente a los pastores y medita el relato la noche de navidad (Lc 2,19); atiende a los magos de oriente (Mt 2,11); escucha a Simeón y recibe sus palabras (Lc 2,27-28), así como a la profetiza Ana (Lc 2,36-38); es incansable en su misión de cuidar al hijo de Dios, así que busca a Jesús para estar con Él (Lc 2,48-49). De manera que, María no es obediente una sola vez, sino toda su vida está en función de acatar la voluntad de Dios para ella y para su familia.

Conclusiones

En Navidad los homenajeados somos nosotros, porque Jesucristo es el culmen de los regalos de Dios para nosotros, por eso no celebramos propiamente el  cumpleaños de Jesús, sino el acontecimiento de la encarnación y la presencia de Dios en la historia humana.

Jesús que sufrió la violencia desde su nacimiento hasta la muerte es constructor de paz. No reacciona con violencia, pues se engendra más violencia. La violencia se elimina con respuestas no violentas. La paz es regalo de Jesús: "La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo" (Jn 14,27). Navidad es tiempo de construir la paz desde la justicia social, la solidaridad, la honestidad en todo lo que se realiza. Es necesario bajar las armas y sentir el respaldo de Dios que se sobrepone a toda violencia para mostrar su paz.

Obedecer como María implica dejarnos educar por ella, quien nos enseña a vaciarnos de todo egoísmo dejar que Dios sea todo en nosotros. La obediencia requiere disponibilidad y atención a la escucha de la Palabra de Dios que viene a nosotros en forma humana, la del niño Jesús que nace en Belén.

Oremos

Jesús, que vives en María,

Ven a vivir en nosotros

con el espíritu de santidad,

con la plenitud de tu poder,

con la perfección de tus caminos,

con la fuerza de tus virtudes,

con la participación de tu misterio.

Por la fuerza de tu Espíritu

triunfa en nosotros sobre todo poder adverso. Amén.

(J. J. Olier)