ESTRATEGÍA PARA SALVAR UN PUEBLO
Manuel
Tenjo Cogollo
Email: manueltenjo@yahoo.com
Existe una tendencia a querer salvar y ayudar a todas las personas, sin embargo, algunos quieren lograrlo ganándose la lotería o de manera fácil y rápida, así que cuando no se logra, viene la desilusión, el pesimismo y la mentalidad de fracaso. Ahora bien, si te unes a una persona que te brinde una estrategia adecuada para salvar a tu familia y te apoye en tus esfuerzos con diversos elementos, puedes sentirte respaldado para lograrlo.El Dios de la Vida quiere salvar a su pueblo de todo lo que conduce a la frustración, la falta de honestidad y el fracaso, para que construya una sociedad justa, que promueve la dignificación del ser humano y el desarrollo de familias libres y felices, a partir de relaciones de ayuda y servicio a los demás. Te invito a que conozcas la estrategia divina y a que luego la apliques en la salvación de tu familia y de tu pueblo, a partir de la lectura del evangelio de Mateo 4,12-23.
1. Establecer una meta
Quien
quiera salvar a su pueblo tiene que establecer una meta y escribirla para
tenerla en cuenta, recordarla constantemente y avanzar hacia ella. Dios se
planteó esa meta desde el año 700 a.C. y trabajó en ella hasta que llega Jesús
en el año 30 d.C., para recordar de nuevo la meta a través de los profetas como
Isaías o Juan el Bautista, cuando dicen: “el pueblo que habitaba en tinieblas ha visto una gran luz; a los que
habitaban en paraje de sombras de muerte una luz les ha amanecido” (Is 9,2;
Mt 4,16). La meta es conducir a la luz al pueblo que vive inconsciente, que
olvida su historia y se queda en el pasado. Una familia y un pueblo que empieza
a ver una nueva luz, un amanecer diferente y una etapa novedosa, donde hay
libertad, el yugo se rompe y se quema porque todo es mejor, empieza a caminar
hacia esa nueva luz.
Algunos
se quedarán en la etapa de las opiniones negativas y en el pasado de las malas
experiencias sin aprender de ellas. Unos se quedarán con esas opiniones y otros
pasarán a establecer un sistema de creencias que convenza y mantenga la
perseverancia hasta alcanzar a ver el nuevo amanecer y los yugos quemados.
Ten una meta y mantente en ella, persevera y organiza tu creencia hasta ver los resultados.
2. Establecer unas
actividades
La meta
es puesta por Dios y el desarrollo se realizará con actividades emprendidas por
Jesús. El Maestro de la Vida realiza dos actividades: predicar o proclamar que
Dios está más cerca de lo que puedan creer y que Él gobierna sobre toda
realidad existencial, y la otra actividad es sanar de “toda enfermedad y dolencia en el pueblo” (Mt 4,17.23).
La
actividad consiste en ayudar a otros, en ocuparse en el bienestar de las otras
personas, brindando palabras y acciones sanadoras, que estimulen lo mejor de su
humanidad y la conduzcan a alcanzar la meta a través de la perseverancia.
Se trata
de establecer unas estrategias que se enriquezcan con acciones encaminadas a
ayudar a otras personas, no por altruismo o por sentirse bien, sino buscando
dar una nueva luz a la consciencia personal, un despertar de la consciencia y
una fuerza dinamizadora que surge del interior y se expresa proactivamente.
Palabras y acciones edificantes, que promueven la fuerza interior y hace que el
ser humano saque su fuerza emprendedora para hacer crecer a otros. De esa
manera se libera el yugo de la avaricia que conduce a que aumenten las
injusticias y la corrupción.
Establece palabras y acciones edificantes, que ayuden a las personas a liberarse de sus yugos y esclavitudes, para que empiecen a ayudar a otros. Así es como veremos un nuevo amanecer para nuestra familia y nuestro pueblo.
3. Organizar un equipo de
trabajo
El camino emprendido por Jesús no fue solitario o aislado, sino que
organizó un equipo de trabajo con personas que compartieran los mismos ideales,
como lo narra Mateo 4,18-22. El equipo de trabajo debe compartir el mismo
ideal: pescar hombres para salvarlos, evitar que se queden en la avaricia para
aumentar lo que tienen para avanzar con libertad en la construcción de un
pueblo mejor, unas familias realizadas y un nuevo amanecer.
Las personas del equipo de trabajo son específicas, con nombres propios
como Simón Pedro, Andrés, Santiago y Juan, que desempeñan oficios concretos
como pescadores y haciendo parte de familias emprendedoras como los hijos de
Zabedeo. Quiero decir con esto, que el equipo con el que se trabaja está
compuesto de personas comunes, del pueblo y que están dispuestas a dejar
esquemas mentales viejos para asumir el dinamismo de Jesús, su estilo de vida y
sus acciones a favor de salvar su pueblo.
Debes organizar tu equipo de trabajo con personas que compartan las
metas de ayudar a salvar a sus familias y al pueblo, para hacer crecer el país
y hacer que salga de las tinieblas de la corrupción para emprender el camino a
un bello amanecer.
Sí, se puede.
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