martes, 11 de julio de 2023

29- SEMBRAR Y EVANGELIZAR

 SEMBRAR Y EVANGELIZAR

Manuel Tenjo Cogollo

Email: manueltenjo@yahoo.com

Existen grandes esfuerzos que producen pocos resultados, tal vez, porque el emprendimiento está desenfocado. El Maestro Jesús nos enseña a comprender la realidad de la siembra y la cosecha en la evangelización y en las demás actividades que desarrollan los seres humanos, utilizando una parábola, es que un cuento cuyos elementos están en función de una enseñanza. Vamos a leer el evangelio según Mateo 13,1-9.

 

Aquel día, salió Jesús de casa

y se sentó junto al lago.

Y acudió a él tanta gente

que tuvo que subirse a una barca;

se sentó,

y la gente se quedó de pie en la orilla. 
Les habló mucho rato en parábolas:

«Salió el sembrador a sembrar.

Al sembrar, un poco cayó al borde del camino;

vinieron los pájaros y se lo comieron.

Otro poco cayó en terreno pedregoso,

donde apenas tenía tierra,

y, como la tierra no era profunda,

brotó en seguida;

pero, en cuanto salió el sol,

se abrasó y por falta de raíz se secó.

Otro poco cayó entre zarzas,

que crecieron y lo ahogaron.

El resto cayó en tierra buena

y dio grano: unos, ciento; otros, sesenta; otros, treinta.

El que tenga oídos que oiga.»

Mucho esfuerzo y poco resultado

En la parábola del sembrador la semilla no es el problema, pues representa la Palabra de Dios, que, como la semilla, es la condensación de la vida, con dinamismo propio y con capacidad de hacer algo novedoso.

El sembrador esparce la semilla en cuatro terrenos, mostrando el esfuerzo de quien realiza la tarea de preparar los terrenos y organizar la siembra, sin embargo, solo uno ofrece buen resultado querido: buen fruto y de calidad. Se realiza un gran esfuerzo para dar frutos necesarios.

En las actividades que realizamos ya sean de evangelización, familiares o laborales, vemos que hacemos gran cantidad de esfuerzo y pocos resultados. Eso puede desanimar, causar abandono de las actividades y desilusión que impide seguir adelante. Sin embargo, lo importante, inicialmente, es el esfuerzo de la siembra. El sembrador (tu y yo) realizamos una serie de actividades productivas (porque llevan vida), en el camino aprendemos, superamos obstáculos y crecemos integralmente, para mantener el esfuerzo y esperar siembre buenos resultados, aunque nos sorprendan.

Revisión de los obstáculos

La semilla tiene que enfrentar distintos obstáculos en los terrenos donde cae. El esfuerzo enfrenta tres complicaciones, a saber. Primero, la semilla cae en el camino, no echa raíz, queda en la superficie, facilitando que las aves y otros aspectos se la lleven con facilidad. El esfuerzo y la semilla son superficiales, así que el resultado es la perdida de ambos.

El segundo es que la semilla caiga sobre piedras, no hay mucha tierra, no echa raíz, empieza un pequeño arbusto, que el sol quema, las criticas desaniman y el esfuerzo y la semilla se pierden. El descuido con lo que se realiza hace que no se avance, llegue el desánimo y surjan pensamientos y palabras de fracaso.

El tercer terreno es el que acoge la semilla, empieza a crecer, pero los abrojos, espinos y zarzas (es decir, la maleza), empieza a ahogar el arbusto, la pequeña planta y los esfuerzos realizados. Esto conduce a vivir contento con los pequeños avances y triste con la gran cantidad de fuerza empleada.

Tres obstáculos que deben revisarse para superarlos y avanzar de manera que la semilla y el esfuerzo no se pierdan, sino que se abran paso conquistando los ambientes en que se mueve.

Lo importante es dar frutos

La tierra buena sabe hacer procesos de crecimiento porque tiene que superar los obstáculos hasta dar el fruto correspondiente. Dar fruto requiere el esfuerzo de superar las aves, echar buenas raíces, avanzar en medio de las zarzas y los abrojos, superando el desánimo, hasta llegar a la meta: dar fruto. Los esfuerzos que tienen una meta focalizada producen los resultados queridos.

Al final, en la parábola, no es importante la cantidad de fruto producido, sino el vences obstáculos para alcanzar a dar resultados satisfactorios. En muchas ocasiones llegar a la meta no es lo más importante, pues el esfuerzo, la superación de sí mismo, vencer obstáculos y mejorar en todos los aspectos, ocupan el puesto privilegiado.

Conclusiones

Enfocarse en la actividad que se realiza para llegar a las metas propuestas contribuye a superar los obstáculos del camino, de las piedras y de las zarzas. Mucho esfuerzo para tener un aparente resultado pequeño, sin embargo, el aprendizaje resulta muy valioso, la experiencia adquirida hace que cualquier persona se convierta en maestro de vida, pues sus logros son la carta de presentación en todos los ambientes.

Tú estás hecho para superar los obstáculos, hasta convertirte en tierra buena, porque la semilla de vida que hay en ti tiene el dinamismo para crecer en una planta fuerte que, al llegar a la madurez, produce mucho fruto.

 

 

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