miércoles, 24 de mayo de 2023

26- EL RESUCITADO LLEGA CON SUS REGALOS

 EL RESUCITADO LLEGA CON SUS REGALOS

Manuel Tenjo Cogollo

Email: manueltenjo@yahoo.com

 En la mañana de la resurrección se viven experiencias frescas del primer día, sin embargo, en el atardecer se desarrollan obstáculos y maneras de salir adelante, pues todo necesita una renovación para avanzar y crecer. El evangelista Juan nos narra la aparición de Jesús a sus discípulos llevando regalos maravillosos (Jn 20,19-23). Es bueno conocerlos para progresar en las ofrendas que trae Jesucristo al atardecer del primer día de la resurrección. 


1. Obstáculos para experimentar la resurrección

La experiencia de la resurrección de Jesús tiene obstáculos puestos por la condición humana: “al atardecer del primer día de la semana” y “el miedo a los judíos” (v.19), lo que conduce a tener “las puertas cerradas”. A continuación, se describen los elementos señalados:

“Al atardecer”. La luz-día es símbolo de Dios y de su actividad a través de Jesús.  Las tinieblas-noche representan todo lo que se opone a los valores propuestos por Dios La oscuridad existencial puede constituirse en un obstáculo para vivir la experiencia de la resurrección de Jesús, como le ocurre a Tomás (Jn 20,24-25), sin embargo, el Señor supera ese obstáculo para rescatar a sus discípulos de la oscuridad, tristeza, miedo y encierro.

“El miedo a los judíos”. La expresión “miedo” representa lo que acobarda al discípulo y destruye el heroísmo para dar testimonio de Jesús, pues sienten la aflicción que impide proclamar libremente al Señor. Los discípulos de Jesús se encuentran encerrados porque temen a las acciones de las autoridades judías, por tanto, el miedo paraliza las decisiones y las acciones de los que no han experimentado el dinamismo de la nueva creación.

“Las puertas cerradas”. Las puertas tienen tranca o llave por dentro. La cerrazón del corazón se manifiesta de manera individual (como Tomás v.25) y también comunitaria (v.19), lo que impide abrirse a la acción creadora de la Resurrección de Jesús.

2. Los regalos del resucitado

En los v.v.20-23 vemos Jesús Resucitado que dona siete regalos a la comunidad de discípulos para conducirlos a que se conviertan en testigos de la nueva relación con el Señor.

1.   “La paz con ustedes”. La paz que da Jesús, “no es como la que da el mundo” (Jn 14,27), en el sentido de la ausencia de conflicto o de supremacía de un pueblo que garantiza la paz de las naciones como esperaban los judíos. Es primordialmente la señal de la nueva alianza que Dios establece con el pueblo renovado por el Espíritu Santo y el crecimiento integral de la comunidad.

2.   “Les mostró las manos y el costado”. Jesús da a conocer las heridas gloriosas de su crucifixión. El mensaje directo consiste en señalar que el crucificado es el mismo resucitado. En Jn 20 se describe que Jesús “les mostró las manos y el costado” (v.20) a la comunidad de discípulos, además a Tomás le dice: “Acerca aquí tu dedo y mira mis manos; trae tu mano y métela en mi costado” (v.27). La iniciativa es de Jesús que resalta las heridas sanadas de las manos y del costado, de manera que produce una respuesta positiva de los destinatarios: la alegría de la comunidad de discípulos (v.20) y la profesión de fe de Tomás (v.28). Las heridas ya no duelen, ya están sanadas por la resurrección.

3.   “Se alegraron”. La alegría es fruto de tomar consciencia de las bendiciones de Dios, es una promesa mesiánica y señal de la nueva alianza que conduce a reconocer las acciones divinas en el nuevo pueblo de Dios y en este caso “es el gozo de la resurrección”. Jesús había prometido la alegría a sus discípulos en distintos momentos. Cuando Jesús se presenta resucitado a sus discípulos se cumple su promesa de dar una alegría que inunda el corazón y por tanto “nadie se la podrá quitar” (Jn 16,22), es decir, una alegría plena y contagiosa (cfr. Jn 17,13). El reconocimiento de Jesús Resucitado trae alegría a la comunidad de discípulos, a Tomás y a todos los que “sin ver han creído” (Jn 20,29).

4.   “Como el Padre me envío, también yo los envío”. El envío a anunciar el Evangelio es una promesa mesiánica, pues los anunciadores irán con júbilo a proclamar el comienzo de la nueva alianza de la renovación del pueblo y serán recibidos con alegría. El envío que realiza Jesús a sus discípulos lo hace en una equivalencia similar con que Él fue enviado por el Padre. La misión requiere de hombres nuevos, re-creados el primer día de la Resurrección y capacitados para mostrar al Padre en todas sus obras. Es un gran regalo ser enviado por el Padre como envío a su Hijo: por amor, para la salvación y para conducir a una vida plena (Jn 3,16).

5.   “Sopló sobre ellos”. Jesús realiza una acción simbólica que muestra el comienzo de la nueva creación, porque en Gn 2,7 se muestra que Dios “formó al hombre con polvo del suelo, e insufló en sus narices aliento de vida”. El “soplo” de la nueva creación, que da origen al hombre nuevo, y al nuevo pueblo de Dios es el quinto regalo del Resucitado, y es el Espíritu Santo quien confirma e inaugura la nueva alianza.

6.   “Reciban el Espíritu Santo”. La evocación inicial de la presencia del Espíritu es el cumplimiento de la nueva alianza señalada por el profeta Ezequiel señala de parte de Dios: “infundiré mi espíritu en ustedes y vivirán; los estableceré en su suelo, y sabrán que yo, Yahveh, lo digo y lo hago” (Ez 37,14); de manera que comenzará el nuevo pueblo renovado, vivificado y establecido por la acción del Espíritu de Dios. También en Ez 36,26-27, se manifiesta la promesa en la que Dios va a dar al pueblo “un espíritu nuevo” que es el Espíritu de Dios: “infundiré mi espíritu en ustedes”, con la intención de crear un pueblo con un “corazón nuevo” dócil a la voluntad de Dios y dispuesto a dejarse crear por Él. De manera que se cumple otra promesa del Señor a sus discípulos.

7.   “Perdonen los pecados”. Vemos que Jn 20,23 tiene unos verbos en imperativo y una redacción en paralelismo antitético: “A quienes perdonen los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengan, les quedan retenidos”. La primera frase está en positivo y la segunda está en negativo, tal vez con la intención de reforzar la idea fundamental: perdonar pecados. Es observable que el pecado conduce al desorden que se manifiesta viviendo en la oscuridad, el miedo y causando violencia. Teniendo en cuenta el relato del ciego de nacimiento, “los que ven” son los que creen ver y se bastan a sí mismos, se enceguecen y buscan destruir a quienes no piensan y actúan como ellos, por eso Jesús les dice: “como ustedes dicen: ‘vemos’ su pecado permanece” (Jn 9,41).

La experiencia de Jesús resucitado es personal como la de Tomás, comunitaria como la de los discípulos que se alegran al tener al Señor en medio de ella y con proyección universal de acuerdo a lo señalado por Jesús: “dichosos los que no han visto y han creído” (Jn 20,29). Sin embargo, el encuentro personal con Jesús Resucitado siempre envía a la misión en comunidad.

 

Se puede ver el artículo completo de “Regalos del Resucitado. Un comentario de Jn 20, 19-23”, en la Revista Franciscanum, volumen LVII, N° 164, julio-diciembre de 2015, p. 255-280, http://revistas.usb.edu.co/index.php/Franciscanum/article/view/1548/1347

 

lunes, 15 de mayo de 2023

25- ASUMIR LA MISIÓN

 ASUMIR LA MISIÓN

Manuel Tenjo Cogollo

Email: manueltenjo@yahoo.com

Continuamos la misión de Jesús en todas las naciones, es por ello que debemos estar en relación íntima con Él y con el Espíritu Santo para asumir el envío y sentirse respaldados por la Trinidad. Vamos a leer el evangelio de Mateo (28,16-20):


 

     En aquel tiempo, los once discípulos se fueron a Galilea,

al monte que Jesús les había indicado.

Al verlo, ellos se postraron, pero algunos vacilaban.

Acercándose a ellos, Jesús les dijo:

"Se me ha dado pleno poder en el cielo y en la tierra.

Vayan y hagan discípulos de todos los pueblos,

bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo;

y enseñándoles a guardar todo lo que les he mandado.

Y sepan que yo estoy con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo."

    

Tome uno y lleve tres. De manera que quien se queda con el Hijo de Dios se queda con todo, porque, como dice Jesucristo: "todo lo que tiene el Padre es mío" y añade que quien se queda con Él "recibirá todo lo mío" (Jn 16,15).

Además, se le entrega el Espíritu Santo que es el amor de Dios y el dinamismo de la existencia humana que "guía a la verdad completa" (Jn 16,13). Cualquier persona que empieza por tomar al gran Padre se queda con Jesucristo y con el Espíritu del Amor, de igual manera, quien se queda con el Hijo, tiene también al Padre y su Espíritu, aún más, quien se busca al Espíritu será guiado a la relación con Dios Padre y con su Hijo Jesucristo. Eso es lo que significa: "bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo" (Mt 28,19). Con cualquiera que empieces una relación personal tendrás una intimidad que lleva a la plenitud. Esto es lo que celebramos en la solemnidad de la Santísima Trinidad.

El gran Padre es la fuente de todo lo bueno y maravilloso que existe en la creación, porque todo lo que sale de las manos de Dios es bueno. El Espíritu de la Verdad es el Amor de Dios derramado en los corazones humanos para hacer allí el lugar sagrado, llenando de dinamismo la existencia humana para construir un mundo mejor. El Espíritu nos hace vivir como herederos de las abundantes riquezas de nuestro Abbá (Rom 8,17).

 

miércoles, 3 de mayo de 2023

24- LOS HIJOS DE DIOS PUEDEN RELACIONARSE CON ÉL COMO PADRE

 LOS HIJOS DE DIOS PUEDEN RELACIONARSE CON ÉL COMO PADRE

 Una reflexión sobre el evangelio según san Juan (14,7-14)

            En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Si me conocen a mí, conocerán también a mi Padre. Ahora ya lo conocen y lo han visto." Felipe le dice: "Señor, muéstranos al Padre y nos basta." Jesús le replica: "Hace tanto que estoy con ustedes, ¿y no me conoces, Felipe? Quien me ha visto a mí ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: "Muéstranos al Padre"? ¿No crees que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí? Lo que yo les digo no lo hablo por cuenta propia. El Padre, que permanece en mí, hace sus obras. Créanme: yo estoy en el Padre, y el Padre en mí. Si no, creen a las obras. Les aseguro: el que cree en mí, también él hará las obras que yo hago, y aún mayores. Porque yo me voy al Padre; y lo que pidan en mi nombre, yo lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si piden algo en mi nombre, yo lo haré."


Guía de reflexión

Jesús es la transparencia del Padre. Jesús enseña a Felipe y a los demás discípulos los elementos fundamentales de su identidad:

(1) Jesús es la verdad porque muestra al Padre y lo transparenta a través de sus palabras y de sus acciones, por eso señala: "El Padre, que permanece en mí, hace sus obras". Por tanto, creer en Jesús conduce a creer el Padre y pone toda su confianza en Él y dejarse guías por Él para transparentarlo en todas las acciones.

(2) Los discípulos que creen de Jesús pueden llegar a realizar acciones sorprendentes, además cuentan con el respaldo del Padre, pues "lo que pidan en mi nombre, yo lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo".

De esta manera, los hijos de Dios pueden relacionarse con Él como Padre, con la posibilidad de transparentarlo en todos los ambientes y anunciar esta buena noticia a todas las naciones, por eso, como dice Hch 13: "Cuando los gentiles oyeron esto, se alegraron y alababan la palabra del Señor; y los que estaban destinados a la vida eterna creyeron", lo que conduce a que "los discípulos quedaron llenos de alegría y de Espíritu Santo". Contamos con el poder del Padre.

 

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