martes, 18 de abril de 2023

22- ESCONDERSE EN EL FRACASO O CAMINAR AL RESPALDO

 ESCONDERSE EN EL FRACASO O CAMINAR AL RESPALDO

Manuel Tenjo Cogollo

Email: manueltenjo@yahoo.com

Una tendencia común entre las personas que se enfrentan a algún tipo de fracaso o pérdida es esconderse en el mismo fracaso para justificar porque no debe volver a intentarse otro proyecto, o el mismo de otra manera. Además, se vuelve el mejor argumento para decirle a otras personas que mejor no lo intenten, pues “si yo fracase… ustedes también lo harán”, “eso no se puede…”

En tanto que otros enfrentan fracasos que se convierten en el motor para intentar salir adelante y perseverar hasta lograr las metas deseadas.

Dentro de los discípulos de Jesús de Nazareth se presentaba lo mismo: los que avanzan y perseveran y los que abandonan el camino. Es el caso de dos discípulos que iban a Emaús, como lo narra Lucas (Lc 24,13-35).

1. Esconderse en el fracaso

En un primer momento de la escena narrada por Lucas (Lc 24,13-27), donde dos discípulos de Jesús se alejan de la ciudad de Jerusalén para refugiarse en una aldea llamada Emaús, porque se han desilusionado de todo: su líder murió como un delincuente en una cruz, sus esperanzas de una nueva oportunidad se murieron con Él, los testimonios de las mujeres y de otros discípulos no son suficientes pues las consideran simples opiniones o chismes y están “tardos de corazón para creer todo lo que dijeron los profetas”. La tristeza, la soledad y el sentimiento de fracaso hace que discutan tan acaloradamente que no reconocen a quien se acerca y camina con ellos.

Las personas que utilizan el fracaso personal o de otros como zona de confort, tienen todas las excusas para matar las esperanzas, destruir las expectativas de otros y abandonar todo proyecto nuevo y prometedor. Quienes asumen el fracaso como forma de vida prefieren vivir en los rincones de la ciudad o en las aldeas olvidadas, para mantener la soledad y llenarse de argumentos que impidan avanzar en la vida. Todo lo critican, nada de lo que dicen los triunfadores es suficiente o no es para ellos, condenándose a vivir en la miseria y la autocompasión. Si leen, no entienden lo que enseñan líderes como Moisés o los profetas, la mente y el corazón están embotados para comprender los cambios sociales y las posibilidades de la nueva economía…

2. Transición: autodeterminación

El Maestro va a buscar a sus dos discípulos desilusionados, les enseña y los deja en libertad para que reflexionen y tomen decisiones, como lo narra Lucas en 23,28-31. Vemos que “Él hizo ademán de seguir adelante”, para que ellos empiecen a tomar la primera decisión: quedarse con Jesús. Además, el Maestro hace gestos que conduzca a los discípulos a volver a la experiencia fundamental: “se puso a la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo iba dando”. Los que habían perdido la esperanza tienen una experiencia de consciencia, pues se le abren los ojos y reconocen al Maestro.

El momento de transición es para asumir la crisis, crecer con ella, tomar conciencia de la situación para desarrollar una autodeterminación. Es el momento en que cada persona debe sentarse a reflexionar sobre lo vivido, aprender de los errores y aciertos, tener un mentor o tutor que acompañe el camino de las decisiones, y empezar a tomar el control de sus emociones, para encaminarse al cumplimiento de metas.

3. Caminar al respaldo

La narración de Lucas (23,32-35) termina con la determinación de los discípulos de salir de Emaús y volver a Jerusalén, para integrarse con la comunidad de testigos de la resurrección de Jesucristo. Es necesario salir de la zona de fracaso, de la noche solitaria y de la esperanza frustrada, para unirse a personas que respalden las decisiones, acompañen el camino y compartan los testimonios del triunfo.

Asumir la determinación de caminar respaldado por una comunidad de triunfadores es compleja, pues parece más fácil permanecer en el fracaso que levantarse, asumir los retos de la noche y avanzar a una asociación de testigos que han vencido los prejuicios de la muerte.

Es el momento de reflexionar sobre la situación que estás viviendo, para avanzar y ser mejor de lo que ya eres, hasta mostrar la fuerza interior que te impulsa a superar obstáculos, trabajar con perseverancia y alcanzar metas para vivir como triunfador exitoso. Si fuera fácil cualquiera lo haría… ¡pero tú no eres cualquiera!

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